Seis razones para considerar plantar una iglesia en casa

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Existen varios modelos de plantar una iglesia. La Biblia no nos receta uno en particular. Por eso, tenemos la libertad de plantar nuestra iglesia de la forma que coincida mejor con nuestros objetivos y cultura, siempre y cuando cumplamos con los requisitos bíblicos. Entre estos modelos está uno que, en mi opinión, debería recibir más atención y consideración. En este artículo, usaré el acrónimo ¨MI CASA¨ para mostrar 6 razones por las cuales vale la pena tomar en cuenta el modelo de las iglesias en casa cuando plantamos una iglesia.

Multiplicarse

Sabemos que mientras más sencillo sea un organismo, más rápido se puede reproducir. Las iglesias en casa no son la excepción. Para ser exitosa, una iglesia en casa nada más requiere dos cosas. Primero, un hombre de carácter con conocimientos y dones suficientes para enseñar la verdad y corregir falsas enseñanzas. Segundo, alguien —ya sea cristiano o no— que esté dispuesto a abrir su casa o negocio al grupo. Esto significa que casi todas las iglesias en casa ya tienen dentro de ellas los recursos que se necesitan para plantar otras, ya que no hace falta dinero, ni instalaciones, ni ministros expertos. Por todo esto, se pueden multiplicar rápida y fácilmente.

Involucrarse

Cuando hablamos del discipulado, hablamos del proceso de implementar las enseñanzas de Cristo y ser cada vez más como Él. Según Efesios 4:12-13, los cristianos llegarán a esta madurez espiritual a través de sus obras de servicio entre ellos en el contexto de la iglesia local.

Las iglesias en casa están diseñadas para involucrar a cada miembro. El tamaño del grupo y el formato de la reunión proveen tanto la oportunidad como la necesidad de hacerlo. Por ejemplo, en lugar de escuchar a las oraciones de una sola persona, cada quien ora en el culto. Igualmente, hay espacio para que todos puedan estudiar y discutir la Palabra, usar los dones espirituales, y dedicarse al discipulado mutuo y el evangelismo.

Capacitar

Todos los pastores y líderes de las iglesias comparten la misma responsabilidad: capacitar al pueblo de Dios para la obra del ministerio, para edificar al cuerpo de Cristo (Efesios 4:12). De hecho, es la razón por la que Jesús le da líderes dotados a la Iglesia (Efesios 4:11).

Los seres humanos aprenden y cambian mejor cuando pueden tanto escuchar como practicar. En las iglesias en casa el tamaño del grupo y el formato de la reunión principal asegura que los miembros aprenden tanto a través de enseñanzas formales como de lecciones prácticas. Por ejemplo, en tales iglesias no se aprende orar solo por escuchar al ejemplo de un solo líder, sino por medio del ejemplo de cada miembro y la experiencia de orar tú solo en voz alta. De manera similar, se aprende cómo leer e interpretar la Biblia al hacerlo juntos en grupo bajo el liderazgo en lugar de solo escuchar a un predicador profesional.

Amar

Antes de morir, Jesús le dejó a su Iglesia un mandato nuevo: que se amen los unos a los otros como Él los ha amado (Juan 13:34; 15:12). Con este mandato, Jesús tenía la intención de que la identidad de su Iglesia sea reconocida por su amor entre ellos.

El ambiente de las iglesias en casa es perfecto para expresar y experimentar el amor. El tamaño de la iglesia hace que todos sepan las necesidades de todos. También, ya que no hay una institución formal, la única forma en la que las necesidades pueden ser satisfechas es a través de los individuos de la comunidad. Cada vez que se reúnen es una oportunidad de alegrarse con los que están alegres, de llorar con los que lloran, y de hablar la verdad en amor unos a otros, llevar las cargas de los otros, y amarse entre ellos de maneras similares.

Además, las iglesias en casa requieren de una intimidad entre sus miembros que garantiza que cada uno va a ser herido por alguien más en la iglesia. A través de este reto viene la oportunidad de amar de la forma más poderosa del mundo —el perdón—, y hacerlo públicamente.

Ser generosa

Todas las iglesias tienen la responsabilidad de ser generosas como Jesús ha sido generosos con nosotros. Específicamente, la Biblia nos intruye a ser generosos al cuidar a las viudas y los huérfanos (Santiago 1:27; 1 Timoteo 5:1-16), mantener a los misioneros (Filipenses 4:13-20; 1 Corintios 9:1-18), y apoyar a los otros creyentes e iglesias que sufren (1 Juan 3:17; 2 Corintios 8:1-24).

Aunque las iglesias en casa reciben menos dinero que una iglesia tradicional, pueden ser muy generosas. Puesto que no tienen que pagar ni renta ni un solo sueldo, cada peso que entra la iglesia está disponible para la generosidad. Pueden dar a los misioneros, iglesias, viudas y huérfanos sin preocuparse por su propia supervivencia, porque no tienen gastos organizacionales. Además, en las iglesias en casa los miembros pueden dar con una conexión bastante personal que causa que tanto los miembros como los recipientes experimentan el gozo y la bendición de la generosidad.

Alcanzar

Varias estadísticas demuestran que las iglesias que tienden a alcanzar a los que no asisten una iglesia son tanto las iglesias pequeñas como las nuevas. Dado que las iglesias en casa son pequeñas y se pueden multiplicar rápidamente para plantar iglesias nuevas, ya tienen por naturaleza las características de las iglesias más exitosas con respecto al evangelismo.

También Jesús nos enseña que es a través de nuestro amor, compartido entre nosotros, que el mundo se dará cuenta de quién es Jesús (Juan 13:34-35; 17:23). Es decir, la mejor estrategia evangelística es amar. Ya que hemos visto que las iglesias en casa nos proveen un contexto apto para amar, podemos concluir que también nos dan una herramienta para el evangelismo muy poderosa.

Formas diferentes, mismos objetivos

La iglesia en casa no es el modelo sano. Pero sí, es un modelo sano. Por lo tanto, debería ser considerado, como una buena forma de plantar iglesias. No debe verse nada más como una “versión pequeña” de cualquier iglesia tradicional, sino como una forma bastante diferente de cumplir los mismos objetivos. Si quieres plantar una iglesia que se pueda multiplicar, involucrar y capacitar a los miembros, alcanzar a los no creyentes, ser generosa, y amar de una forma poderosa, tal vez la iglesia en casa es el modelo para ti.

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